¡Across The Universe!
21 feb 2011
4 feb 2011
ME CAIGO Y ME LEVANTO
Nadie puede dudar de que las cosas recaen,
un señor se enferma y de golpe un miércoles recae
un lápiz en la mesa recae seguido
las mujeres, cómo recaen
teóricamente a nada o a nadie se le ocurriría recaer
pero lo mismo está sujeto
sobre todo porque recae sin conciencia
recae como si nunca antes
un jazmín para dar un ejemplo perfumado
a esa blancura
¿de dónde le viene su penosa amistad con el amarillo?
el mero permanecer ya es recaída
es jazmín entonces
y no hablemos de las palabras
esas recayentes deplorables
y de los buñuelos fríos que son la recaída clavada
contra lo que pasa, se impone pacientemente la rehabilitación
en lo más recaído hay algo que siempre pugna por rehabilitarse
en el hongo pisoteado, en el reloj sin cuerda
en los poemas de Pérez, en Pérez
todo recayente tiene ya en sí un rehabilitante
pero el problema, para nosotros lo que pensamos nuestra vida
es confuso y casi infinito
un caracol segrega y una nube aspira
seguramente recaerán
pero una compensación ajena a ellos los rehabilita
los hace treparse poco a poco a lo mejor de si mismos
antes de la recaída inevitable
pero nosotros tía ¿cómo haremos?
¿cómo nos daremos cuenta de que hemos recaído
si por la mañana estamos tan bien
tan café con leche
y no podemos medir hasta donde hemos recaído en el sueño
o en la ducha
y si sospechamos lo recadente de nuestro estado
¿cómo nos rehabilitaremos?
hay quienes recaen al llegar a la cima de una montaña
al terminar su obra maestra
al afeitarse sin un solo tajito
no toda recaída va de arriba abajo
porque arriba y abajo no quieren decir gran cosa
cuando ya no se sabe donde se está
probablemente Icaro creía tocar el cielo
cuando se hundió en el mar …. y
dios te libre de una zambullida tan mal preparada
tía ¿cómo nos rehabilitaremos?
hay quien ha sostenido que la rehabilitación
sólo es posible alterándose
pero olvidó que toda recaída es una desalteración
una vuelta al barro de la culpa
perfecto!
somos lo más que somos porque nos alteramos
salimos del barro en busca de la felicidad
y la conciencia y los pies limpios
un recayente es entonces un desalterante
de donde se sigue que
nadie se rehabilita sin alterarse
pretender la rehabilitación alterandose es una triste redundancia
nuestra condición es la recaída y la desalteración
y a mi me parece que un recayente debería rehabilitarse de otra manera
que por lo demás ignoro
No solamente ignoro eso
sino que jamás he sabido en qué momento
mi tía o yo recaemos
¿cómo rehabilitarnos entonces si a lo mejor no hemos recaído todavía?
y la rehabilitación nos encuentra ya rehabilitados
Tía, no será esa la respuesta ahora que lo pienso...
Hagamos una cosa:
Usted se rehabilita y yo la observo
varios días seguidos
digamos, una rehabilitación continua
usted está todo el tiempo rehabilitándose y yo la observo
o al revés si prefiere
pero a mí me gustaría que empezara usted
porque soy modesto y buen observador
de esa manera si yo recaigo en los intervalos de mi rehabilitación
mientras usted no le da tiempo a la recaída
y se rehabilita como en un cine continuado
al cabo poco nuestra diferencia será enorme
Usted estará tan por encima que dará gusto
entonces yo sabré que el sistema ha funcionado
y empezaré a rehabilitarme furiosamente
pondré el despertador a las tres de la mañana
suspenderé mi vida conyugal
y las demás recaídas que conozco
para que, sólo queden las que no conozco
y a lo mejor poco a poco un día estaremos otra vez juntos tía
y será tan hermoso decir...
ahora nos vamos al centro y nos compramos un helado
el mío todo de frutilla
y el de usted con chocolate y un bizcochito.
un señor se enferma y de golpe un miércoles recae
un lápiz en la mesa recae seguido
las mujeres, cómo recaen
teóricamente a nada o a nadie se le ocurriría recaer
pero lo mismo está sujeto
sobre todo porque recae sin conciencia
recae como si nunca antes
un jazmín para dar un ejemplo perfumado
a esa blancura
¿de dónde le viene su penosa amistad con el amarillo?
el mero permanecer ya es recaída
es jazmín entonces
y no hablemos de las palabras
esas recayentes deplorables
y de los buñuelos fríos que son la recaída clavada
contra lo que pasa, se impone pacientemente la rehabilitación
en lo más recaído hay algo que siempre pugna por rehabilitarse
en el hongo pisoteado, en el reloj sin cuerda
en los poemas de Pérez, en Pérez
todo recayente tiene ya en sí un rehabilitante
pero el problema, para nosotros lo que pensamos nuestra vida
es confuso y casi infinito
un caracol segrega y una nube aspira
seguramente recaerán
pero una compensación ajena a ellos los rehabilita
los hace treparse poco a poco a lo mejor de si mismos
antes de la recaída inevitable
pero nosotros tía ¿cómo haremos?
¿cómo nos daremos cuenta de que hemos recaído
si por la mañana estamos tan bien
tan café con leche
y no podemos medir hasta donde hemos recaído en el sueño
o en la ducha
y si sospechamos lo recadente de nuestro estado
¿cómo nos rehabilitaremos?
hay quienes recaen al llegar a la cima de una montaña
al terminar su obra maestra
al afeitarse sin un solo tajito
no toda recaída va de arriba abajo
porque arriba y abajo no quieren decir gran cosa
cuando ya no se sabe donde se está
probablemente Icaro creía tocar el cielo
cuando se hundió en el mar …. y
dios te libre de una zambullida tan mal preparada
tía ¿cómo nos rehabilitaremos?
hay quien ha sostenido que la rehabilitación
sólo es posible alterándose
pero olvidó que toda recaída es una desalteración
una vuelta al barro de la culpa
perfecto!
somos lo más que somos porque nos alteramos
salimos del barro en busca de la felicidad
y la conciencia y los pies limpios
un recayente es entonces un desalterante
de donde se sigue que
nadie se rehabilita sin alterarse
pretender la rehabilitación alterandose es una triste redundancia
nuestra condición es la recaída y la desalteración
y a mi me parece que un recayente debería rehabilitarse de otra manera
que por lo demás ignoro
No solamente ignoro eso
sino que jamás he sabido en qué momento
mi tía o yo recaemos
¿cómo rehabilitarnos entonces si a lo mejor no hemos recaído todavía?
y la rehabilitación nos encuentra ya rehabilitados
Tía, no será esa la respuesta ahora que lo pienso...
Hagamos una cosa:
Usted se rehabilita y yo la observo
varios días seguidos
digamos, una rehabilitación continua
usted está todo el tiempo rehabilitándose y yo la observo
o al revés si prefiere
pero a mí me gustaría que empezara usted
porque soy modesto y buen observador
de esa manera si yo recaigo en los intervalos de mi rehabilitación
mientras usted no le da tiempo a la recaída
y se rehabilita como en un cine continuado
al cabo poco nuestra diferencia será enorme
Usted estará tan por encima que dará gusto
entonces yo sabré que el sistema ha funcionado
y empezaré a rehabilitarme furiosamente
pondré el despertador a las tres de la mañana
suspenderé mi vida conyugal
y las demás recaídas que conozco
para que, sólo queden las que no conozco
y a lo mejor poco a poco un día estaremos otra vez juntos tía
y será tan hermoso decir...
ahora nos vamos al centro y nos compramos un helado
el mío todo de frutilla
y el de usted con chocolate y un bizcochito.
3 feb 2011
Siempre quise sumergirme en las tibias aguas de un paraíso. Atravesar el filo transparente de tu celda, que te mantiene lejos de mí.
Pero a veces mi alma no será tu recuerdo en una noche álgida.
Mis pensamientos envueltos en llamas, piden tu nombre en mi memoria.
Mis sentimientos; absolutas verdades, buscan acercarse hasta tu espacio, para resplandecer esa luz escondida en tus ojos.
Entonces, abro suavamente las puertas de tu mente, invocando seres que me hablan de tu impaciencia. Y yo, timidamente, me vuelco en palabras retraídas. Llamo al amor con voz agobiante, con súplicas de desconfianza.
Me desvanezco en el aire puro. Vuelo en la memoria que mortifica mi pesado y las horas que vendrán bajo los brazos del tiempo; de ese mismo que nos separó.
Y miro a la vida de reojo, buscándole la solución a las trampas que desampara.
Voy con miedo a encontrar tus miedos. Voy con la alegría de encontrar tus alegrías. Voy, simplemente porque vas. Porque necesito ir para encontrarte donde sea, pero encontrarte.
El mundo es uno, pero vos y yo no somos uno. Somos dos melodías antagónicas, objetos que buscan destino en la soledad. Somos el por qué de la risa de la vida.
Y así seguimos encubriendo nuestros errores que palpitan en las veredas cubiertas de frío.
Vos por tu lado, y yo por el mío. Vos con tu problema, y yo con la solución. Vos con las miradas, y yo con las sonrisas. Vos tan cerca, y yo tan lejos..
16 ene 2011
11 ene 2011
una carrera de promesas incumplidas
una canción desesperada en el aire
un espejo en el corazón que se empaña con el tiempo.
Implacables rayos de luz en tu ventana
sombras lejanas se apoderan de tu almohada
tu rostro tétrico de belleza pura
trepa por las entrañas de la luna.
Pero qué hacer cuando sólo tus ojos
buscan la respuesta en el cielo cautivo de estrellas
y tu sonrisa derrocha destellos por cada esquina
de nuestros errantes caminos.
Mis preguntas se estremecen sobre tus dedos
queriendo penetrar suavemente tus lágrimas
hundirme en el eco de tus palabras
y mirar con tus ojos los paisajes de tu alma.
También atino a buscar soluciones
en las palabras sueltas de tu alrededor
que rozan suavemente tu cabello
para reclamarte un poco de libertad.
Me involucro lentamente en tu conciencia
carcomiendo un alma destrozada
te suplico amor en exceso
y tardes de calor sosegadas.
5 ene 2011
En la tormenta.
Y estábamos sentados sobre la sombra del viejo roble. Vos mirabas cada centímetro del parque y escuchabas lo que decía mientras mirabas el cielo, pero mis palabras rodeaban tu mente y de tu boca no se oían muchas palabras, sólo hablabas de la naturaleza sana que nos parecía cercana a un lugar de nuestra infancia. Pero inútil era ponerse a pensar de qué momentos, si sólo estábamos concentrados con la imprudencia en las venas de ver a tanta gente frente nuestros ojos. Yo te hablaba para sacarte de la distracción momentánea de ver un cielo gris con pájaros negros, que como en cada segundo, se nos acercaban.
Mirábamos cada niño que pasaba en frente nuestro, cada perro con su lomo lastimado y sus ojos tristes suplicando comida. Pero lo que más veíamos era el tiempo pasar, tan veloz, y nosotros simplemente concentrados en lo mismo, en ver los pájaros, los poemas sueltos en las avenidas, la gente caminar de forma extraña, la forma de hablar que tenían.
Pero mi distracción era aún más abundante, y no se reflejada en la naturaleza que tenía ese lugar que no recuerdo ni su nombre. Observaba tus gestos, tu forma de emplear palabras que no conocías su significado, tus movimientos, tus conocimientos.
Tus manos.. tus manos eran un símbolo de deseo en cada intermedio. Eran el agua en cualquier momento del día donde el sol quema el alma, eras eso, eras deseo.
Pero después de tantas palabras sin letras, de melodías sin música, de libros sin historias; nos agarró la lluvia. Vos te olvidaste el paraguas y yo me olvidé el abrigo arriba de la mesa de mi dormitorio.
Quedamos cubiertos de barro. Las suelas de tus zapatos estaban cubiertas de agua. La catedral estaba cerrada, las heladerías estaban cubiertas de gente por sus rincones. Las escaleras eran imposibles de subir. El agua te llegaba a los talones y por más de que corras siempre quedabas atascado en un nido de rencores, para dar un ejemplo literario. Pero sobre todas las cosas, estábamos muerto de fríos. Tu cuerpo temblaba, y yo no tenía ni un abrigo para envolverte.
Corrimos sin saber a dónde, las puertas de los locales estaban cerradas.
Nos quedamos mirando la lluvia bajo una galería con temor a que las maderas del techo se nos caigan encima, pero no teníamos otra solución, las calles estaban vacías, las librerías colapsaban, y sólo éramos vos y yo en medio de una ciudad.
Encendiste un cigarrillo. Mis palabras volvían a envolverte en versos nostálgicos que a su vez lograban juntarse con las hojas secas que el viento arrastraba hasta donde estábamos.
Tomé tu mano, la miré por minutos... horas. Seguías mirando caer la lluvia, temblando de frío. Susurrabas melodías de los años sesenta, y volvías a mirar el cielo.
Yo te repetía versos de libros que nunca leí. Te cantaba canciones que no sabía su letra.
El frío aumentaba. Estábamos en medio de la boca de una tormenta. Extendiste tu mano hacia mi hombro; y así pasamos la tarde.
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